miércoles, 25 de junio de 2008

Fin de etapa.!


Podemos pensar que la vida es una interminable sucesión de eventos, de idas y vueltas, de bienvenidas y despedidas. Y tendremos razón porque la vida es así, aunque parece injusto así tiene que ser. A veces he sentido la necesidad de intervenir ese destino de querer detener a quién se quiere ir, pero es ahora que he pasado algunas vivencias cuando me doy cuenta que hay que quitar las anclas que muchas veces le ponemos a nuestras relaciones. Las despedidas son tan comunes como respirar, es cierto que muchas veces lloramos y añoramos a la gente que se va, pero debemos pensar que llegará otra, mejor o peor nunca se sabe, pero si diferente, y que en esa partida nosotros crecemos y aunque parece que nos arrancan parte de nuestra vida: momentos, risas, llanto, abrazos y besos. La realidad es que es una lección para valorar más a las personas que ocuparán ese lugar. Creo que hoy superado mi miedo a las despedidas al darme cuenta que todos los días al despertar, me despido de la persona que fui el día anterior..





Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen... (Arthur Schnitzler)



La puerta, por ahora, está cerrada. Entre abierta.. Quién sabe? Se puede abrir. Y no se sabe qué hay del otro lado. La costumbre genera seguridad. Ofrece garantías al igual que la rutina. El desafío de cambiar genera temor. Despierta preocupación. En pleno proceso de mutación, la incertidumbre altera el ánimo. Los nervios extreman su sensibilidad. Se pierde lucidez.. Como evitarlo? Tal vez sea el momento de darle cabida a los instintos? basta de razón. ¿basta?...(Autor desconocido o conocido?)


Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo. .. (Arabe Prov.)