viernes, 5 de septiembre de 2008

Cielo y Tierra.!

Hay momentos en los que uno necesita encontrarse con sí
mismo, y a veces la solución está mucho más cerca de lo que nosotros pensamos, solamente basta con mirar a nuestro alrededor, y maximizar los pequeños detalles, aquellas simples estupideces que nos arrancan una sonrisa un día gris, aquellas cosas que nos hacen olvidarnos de lo demás por un tiempo…


Multiplicar las alegrías, y esas no incluyen salir más, o emborracharse más…simplemente estar con los tuyos, aunque no digas nada, dedicarle más tiempo a la gente que merece la pena, porque sabes que siempre estarán ahí incluso en los momentos malos, y lo más bonito es que nunca te lo dirán, pero lo sabrás…
El abismo anda ahí, mucho más cerca de lo que quizás pensemos, y caer es sencillisimo, volver hasta arriba es lo que cuesta esfuerzo, mucho trabajo, mucha esperanza, y echarle muchas ganas, y llegará un momento que no tengamos fuerza para superar todo aquello, pero también desde lo más bajo aprendemos a valorar realmente lo que tuvimos cuando estuvimos arriba y por actos egoístas o estúpidos dejamos de lado…pero ahí habrá que sacar las fuerzas para no anclarnos o arrastrarnos a la deriva entre la rutina y la angustia, quizás tengamos a una mano amiga cercana que nos aupe las alas, a veces por desgracia no se tienen y hay que tirar de adentro porque nadie más lo hará por nosotros…
Y no dar más importancia de la que tienen a muchísimas palabras, no pensar en
los porqués, ni en las trascendencias de nuestras palabras mientras sean
de
corazón, mientras digamos las verdades muchos irán cayendo a nuestro paso, y los
verdaderos seguirán ahí, aplaudiendo en silencio
nuestros actos, porque quien
sabe si en algún instante de nuestra vida somos
espejo de alguien, y no hay nada
más tremendo que serlo mostrándose tal cual
se es, con nuestras virtudes, con
nuestros defectos, pero siempre teniendo
bien claro, quienes somos, qué fuimos…y que queremos, y si no lo sabemos, siempre nos quedará el viento.
A todos aquellos que prefieren mirar el cielo, antes que el suelo que les toca de andar.
No hay nada más grande que luchar por una ilusión, porque no hay nada más bonito que saber que mientras muchos se pelean contando cual es la estrella más bonita, tú ya sabes de siempre que aquello que anhelas es la estrella que más te alumbra la vida, de día…de noche…por siempre...

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